¿Qué son y para qué sirven los aminoácidos?

El organismo de todos los seres vivos está formado por una serie de compuestos orgánicos que son esenciales para la vida, los llamados aminoácidos. En los humanos, estos forman un 20% del cuerpo, por lo que son el componente más abundante después del agua. Así que si te preguntas para qué sirven los aminoácidos, ¡sigue leyendo!

¿Qué son los aminoácidos?

Los aminoácidos son moléculas fundamentales para nuestro organismo. Forman parte de la estructura de las proteínas y son indispensables para llevar a cabo funciones vitales, como proveer al cuerpo de energía. A pesar de que existen alrededor de 170 aminoácidos distintos, el ser humano solo necesita unos 20 que, combinados entre ellos, ¡pueden llegar a formar hasta 100.000 tipos de proteínas! Entre ellas, destacan algunas tan conocidas como el colágeno, la hemoglobina o la queratina.

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Tipos de aminoácidos

Como hemos mencionado con anterioridad, existen aproximadamente 170 aminoácidos, pero hay 20 de ellos que son estrictamente necesarios para el organismo humano. Es más, son tan indispensables que, si no disponemos de alguno de ellos, nuestras funciones metabólicas puedes verse limitadas. Así, pueden distinguirse los siguientes tipos de aminoácidos:

• Aminoácidos esenciales. Son la histidina, la isoleucina, leucina, lisina, metionina, fenilalanina, treonina, triptófano y valina. Este tipo de aminoácidos no los puede producir el cuerpo por sí solo, y se encuentran en el pescado, los lácteos, el huevo y carnes como el pollo o el pavo.

• Aminoácidos no esenciales. En este grupo destacan la alanina, arginina, aspargina, ácido aspártico, cisteína, ácido glutámico, glutamina, glicina, prolina, serina y tirosina. Se denominan ‘no esenciales’ porque el cuerpo puede producirlos por él mismo si no están presentes en la dieta.

• Aminoácidos condicionales. Destacan la arginina, cisteína, glutamina, ornitina, tirosina, glicina, prolina y serina. Se caracterizan porque no son esenciales para las personas sanas, pero sí lo son en caso de enfermedad o situaciones de estrés. Así pues, cuando se presenten estos casos, es importante aumentar la ingesta de alimentos que los contengan.

Es fundamental tener en cuenta que los aminoácidos se encuentran en la base de todo el proceso metabólico que tiene lugar en el cuerpo, de ahí que sean absolutamente necesarios para vivir.

¿Para qué sirven los aminoácidos?

Ahora que ya sabes qué son, vamos a explicarte para qué sirven los aminoácidos. En primer lugar, debes saber que regulan la mayoría de las funciones vitales de nuestro cuerpo. Por ejemplo, ayudan a descomponer alimentos, participan en la reparación y crecimiento de los tejidos corporales, intervienen en la contracción muscular y mantienen el equilibrio ácido-base del organismo.

Pero estas no son las únicas funciones que realizan. A ellas se le suman también la función de regulación, ya que tienen la capacidad de convertirse en hormonas como la tiroidea, la insulina o la adrenalina. Además, también proporcionan energía al cuerpo. Por ello, hay que tener en cuenta que aunque tengamos estado de salud óptimo gracias a una dieta equilibrada, el cuerpo utiliza los aminoácidos como combustible cuando agota los carbohidratos. Es decir, que si practicamos mucho deporte, es importante ingerir una cantidad suficiente de hidratos de carbono para no gastar las reservas de aminoácidos.

Asimismo, hay que tener en cuenta el papel que juegan los aminoácidos en el sabor de los alimentos, ya que cada uno de ellos tiene su propio sabor. Sí, como lo oyes. Esto permite que, al combinarlos, se distingan sabores dulces, salados y amargos, entre otros.

Problemas derivados de un déficit de aminoácidos

Un déficit de aminoácidos en el organismo puede tener consecuencias negativas para la salud. En este sentido, puede generar problemas de depresión, ansiedad, insomnio, fatiga y debilidad e, incluso, retraso en el crecimiento. De todas estas, la consecuencia más grave de no tener los suficientes niveles de aminoácidos en sangre es el retraso en el crecimiento, sobre todo durante la primera infancia y en la gestación. Por el contrario, un exceso de aminoácidos puede provocar la aparición de enfermedades neurodegenerativas o cardiovasculares, demencias e ictus. Por ello, es fundamental que el nivel de aminoácidos en el cuerpo esté equilibrado.

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