¿Qué es más difícil Bachillerato o Grado Superior?

“¿Qué es más difícil Bachillerato o Grado Superior?” Esta es la pregunta que muchos estudiantes, atrapados entre exámenes y trabajos interminables, se hacen en esos momentos de incertidumbre que caracterizan los años de formación. 

El Bachillerato se ha ganado la fama de ser la antesala a la universidad, con toda la carga teórica que esto conlleva. Pero el Grado Superior tampoco es precisamente un paseo por el parque. Por tanto, la respuesta no es tan sencilla. 

Diferencia entre Grado Superior y Bachillerato

Quizá lo que más pesa a la hora de decidir cuál es más difícil no sea sólo el contenido, sino qué tipo de estudiante eres tú:  

• El bachillerato es una formación académica con una duración de dos años y, desde el principio, te obliga a elegir una modalidad. Pero no te especializa en un sector concreto. 
• El enfoque del bachillerato es claramente teórico, con una mezcla de asignaturas generales -como lengua, historia o matemáticas- y otras específicas de la modalidad que hayas elegido. 
• Su verdadero objetivo es prepararte para superar la prueba de acceso a la universidad, no te garantiza la inserción laboral ni tienes prácticas en empresas. Por eso, se suele decir que el Bachillerato es una formación preparatoria. 

El Grado Superior, en cambio, tiene un enfoque muy distinto: 

• El Grado Superior también dura dos años, pero todo lo que estudias tiene una aplicación directa en el mundo laboral. 
• A diferencia del Bachillerato, el enfoque es práctico y las asignaturas están diseñadas para formarte en un sector específico, ya sea sanidad, informática o cualquier otro campo. 
• Al terminar tienes acceso directo al mercado laboral con una titulación que permite desempeñar puestos técnicos. De hecho, el 50% de las oportunidades de empleo en esta década están reservadas para quienes hayan cursado estudios de FP, según el estudio Cómo impulsar la Formación Profesional en España.
• Esta educación, además, da la oportunidad de seguir formándote en carreras universitarias relacionadas con tu ciclo.

¿Cuál es la dificultad de cursar Bachillerato?

El Bachillerato no es un camino de rosas. Si algo caracteriza a estos estudios es su complejidad, sobre todo, por tres razones. 

Carga teórica

Bachillerato es sinónimo de teoría. Te enfrentas a una tromba de información que abarca fórmulas matemáticas complejas, teorías filosóficas o la interpretación de textos literarios. Todo a la vez y en todas partes.

Además, no se espera que estudies este contenido, sino que lo domines. Así, tu memoria se convierte en tu mejor (o peor, según se mire) aliada. 

Presión por rendimiento

Por si la teoría no fuera suficiente, también tienes presión por rendimiento. Durante estos dos años no basta con aprobar, se trata de llegar a esa nota de corte que te permita acceder a la universidad que quieres. 

Las expectativas son altas. Esa carrera constante por las décimas extra convierte cada examen en una prueba de fuego y, claro, los nervios están a flor de piel. Al final, saber que tu futuro depende de cada nota, de cada trimestre, es una carga mental que no todos saben llevar bien. 

Gestión del tiempo

Con la cantidad de asignaturas, exámenes y trabajos, la sensación de que te faltan horas en el día es constante. Los estudiantes deben aprender a equilibrar lo académico con su vida personal, una tarea para nada sencilla. 

La clave aquí es encontrar un ritmo propio, pero esto es más fácil de decir que de hacer. 

¿Cuál es la dificultad de hacer un Grado Superior?

Aunque todavía hay quienes subestiman los ciclos formativos de FP, la verdad es que el camino tampoco es mucho más fácil. Los Grados Superiores tienen sus propias barreras y son, de nuevo, tres. 

Exigencia práctica

En los Grados Superiores lo que cuenta de verdad es la aplicación práctica de lo que has aprendido de manera teórica. Por tanto, no basta con conocer los conceptos, hay que saber llevarlos a la práctica. 

La exigencia práctica implica probar tus habilidades, perfeccionar técnicas y, casi siempre, corregir fallos sobre la marcha. Es un proceso de ensayo y error. 

Adaptación al ritmo laboral 

Uno de los mayores choques para los alumnos de Grados Superiores es adaptarse al ritmo del entorno profesional. Seamos sinceros, no es lo mismo gestionar las tareas en un aula que en un entorno de trabajo, donde se requiere precisión y cumplir unos plazos. 

De repente, el ritmo es distinto: no se trata de cumplir con los deberes de clase, sino de asumir una rutina más parecida a la que llevan en una empresa. Esta adaptación, por supuesto, no siempre es fácil, ya que implica dejar atrás ciertos hábitos académicos y adoptar una mentalidad más proactiva. 

Proyectos complejos

Los proyectos en los Grados Superiores no quedan en papel mojado. Muchas veces hay que crear, diseñar o gestionar productos reales. Estos proyectos, que suelen ser de larga duración, exigen un alto nivel de planificación, organización y, sobre todo, resolución de problemas. 

No se trata sólo de cumplir con los requisitos mínimos. La expectativa es que tu trabajo esté a la altura de lo que se espera en el ámbito profesional. 

Entonces, Bachillerato o Grado Superior, ¿cuál es más difícil?

Como te anticipábamos, no hay una respuesta universal a esta pregunta. No se trata de que uno sea más complicado que el otro, sino de cómo encajas tú en cada sistema. Esto puede ayudarte a tomar una decisión entre FP o Bachillerato.  

Si lo tuyo no es memorizar y te agobia la idea de pasar horas entre libros, apuntes y fórmulas, el Bachillerato se te puede hacer cuesta arriba. Esta formación te obligará a aprender conceptos que, aunque interesantes, no verás aplicados de inmediato. 

Por eso, el aprendizaje práctico de un Grado Superior puede ser más de tu estilo. Pero no te lo tomes a la ligera porque las exigencias de esta formación te pueden abrumar si no estás preparado para asumir la responsabilidad de convertir el conocimiento en algo material. 

Piensa en tu futuro 

La decisión entre Bachillerato o Grado Superior es una cuestión de proyecto de vida. El Grado Superior se suele considerar más fácil. Pero no porque el temario sea coser y cantar, sino porque te ofrece una formación práctica muy enfocada a un sector profesional. 

Saber que estás un paso más cerca de trabajar en algo que te gusta hace que el esfuerzo de estudiar sea más fácil de asumir.