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En un momento en el que los ataques informáticos están a la orden del día, el hacking ético se convierte en la salvación digital para el mundo de la ciberseguridad.
Cada vez más aspectos de nuestra vida dependen de la red, desde nuestras interacciones con otras personas hasta nuestras compras. Vivimos en una sociedad cada vez más digitalizada y, por eso, no es extraño que cada vez estemos más expuestos a los ataques cibernéticos.
En España este problema no deja de crecer. Según datos del Informe de Seguridad Nacional, los ciberataques aumentaron un 94% en nuestro país en 2023. Esto significa que se registraron 107.777 incidentes. Para que lo pongas en perspectiva, hace 10 años se registraron 7.259, lo que supone un aumento del 1385%.
Estos datos revelan la magnitud del problema. Nuestra dependencia de los sistemas y de la tecnología hace que sea vital asegurar que nuestros datos más sensibles, como los documentos de identificación o nuestra información bancaria, estén protegidos.
Aquí es donde entra el juego el hacking ético. En este artículo te vamos a explicar todo sobre esta práctica.
El hacking ético se define como el proceso de identificar y explotar puntos débiles en sistemas informáticos de manera ética y legal. La idea básica es encontrar esos problemas de seguridad antes de que los encuentren los hackers con malas intenciones.
El hacking ético no deja de ser una herramienta para proteger la información. Desde las empresas que gestionan datos financieros hasta los organismos gubernamentales, todas las entidades tienen la responsabilidad de proteger sus sistemas contra posibles ataques informáticos.
De esta forma, esta práctica no sólo ayuda a prevenir ataques cibernéticos y proteger información, sino que también promueve la seguridad informática. Al poner el foco en los puntos débiles y centrarse en corregirlos, nos ayudan a concienciarnos de la importancia de la seguridad informática en todos los niveles.
Probablemente asocies la palabra hacking con aspectos negativos, pero no siempre es así. De hecho, existen varias prácticas de hacking. Vamos a verlas todas.
Los hackers que practican este tipo de pirateo también se conocen como ciberdelincuentes. Sólo con esto ya sabrás que no tienen nada que ver con el hacking ético.
Estos hackers acceden a sistemas o redes sin autorización para robar datos o contraseñas, dañar sistemas e introducir virus.
Su principal motivación suele ser económica, aunque también pueden actuar por motivos políticos o simplemente por el desafío de burlar la seguridad de un sistema.
Los grey hat hackers se mueven en una especie de limbo legal. Para que nos entendamos, las intenciones de estos hackers no son ilícitas, pero trabajan de forma ilegal, es decir, sin autorización.
Por tanto, su ética depende del momento y del lugar. Por ejemplo, es común que analicen los sistemas para descubrir vulnerabilidades y, de esta forma, mejorar su seguridad.
Eso sí, pedirán una compensación económica para divulgar la información que han descubierto.
Los hackers white hat practican el hacking ético. Si esto fuese una película de Marvel, serían los superhéroes de la historia. Estos profesionales de la seguridad informática utilizan sus conocimientos y habilidades para proteger sistemas informáticos y redes contra cualquier amenaza.
Además, a diferencia de los hackers grey hat, trabajan de manera ética y legal, es decir, colaboran con distintas entidades para identificar y corregir puntos débiles en sus sistemas, a los que acceden con autorización.
El hacking ético es fundamental para la ciberseguridad por varias razones:
En esta sección, exploraremos los diversos beneficios que el hacking ético ofrece a las empresas en su búsqueda por proteger sus datos y mantener la confianza de sus clientes y socios comerciales.
Los hackers éticos llevan a cabo pruebas de penetración de manera controlada y ética para evaluar la eficacia de tus sistemas frente a posibles ataques. Por decirlo de alguna manera, estos expertos hacen simulacros de ataques reales para identificar puntos débiles y corregirlos.
Además, estas evaluaciones no sólo ayudan a mantener los datos empresariales seguros y a salvo, sino que también permiten estar un paso por delante de los hackers malintencionados.
Al identificar y corregir los puntos débiles de seguridad, se reduce bastante el riesgo de sufrir ataques cibernéticos. Al adelantarte a los posibles fallos de seguridad, evitas que los ciberdelincuentes puedan aprovecharse de ellos y causar daños a tu empresa.
Además, el coste de prevenir un fallo de seguridad es menor que el de recuperarse de un ataque cibernético. Por eso, invertir en medidas preventivas y contar con hackers éticos que te ayuden a fortalecer tu seguridad es una estrategia inteligente y rentable.
Cuando demuestras un compromiso con la seguridad cibernética, generas una gran confianza entre tus clientes y socios comerciales. El mensaje que lanzas es "me tomo en serio la protección de tus datos".
Este compromiso no sólo tranquiliza a quienes confían en ti, sino que también fortalece la imagen de tu empresa.
Destacar en seguridad cibernética puede ser un factor clave para atraer a clientes y socios comerciales que valoran la protección de sus datos. En un mundo donde la confianza es fundamental, mostrar que tu empresa se toma en serio la seguridad puede ser un punto de venta muy poderoso.
Cuando puedes demostrar que tus sistemas y procesos están bien protegidos contra amenazas cibernéticas, te conviertes en una opción más atractiva para aquellos que buscan confianza y seguridad.
Esto no sólo te ayuda a mantener a tus clientes actuales, sino que también te da una ventaja competitiva significativa en el mercado, diferenciándote claramente de aquellos que no prestan la misma atención a la ciberseguridad.
Los hackers éticos no se limitan a buscar vulnerabilidades técnicas, sino que también pueden detectar errores en las políticas y procedimientos de seguridad de tu empresa.
Desde contraseñas débiles hasta falta de formación en seguridad para empleados, estos expertos pueden identificar áreas donde se pueden mejorar los protocolos de seguridad.
Contar con la ayuda de hackers éticos te permite revisar y reforzar tus políticas internas, asegurando que todas las medidas de seguridad estén actualizadas y sean efectivas.
El hacking ético también es fundamental para mejorar la gestión de incidentes de seguridad.
Estos ejercicios ayudan a identificar posibles fallos en los procesos de detección, análisis y respuesta a incidentes, permitiéndote estar mejor preparado para enfrentar cualquier situación de emergencia.
Al conocer de antemano dónde podrían fallar tus sistemas y procedimientos, puedes implementar mejoras y asegurarte de que tu equipo esté listo para actuar rápidamente y de manera efectiva en caso de un ataque.
Esto no sólo minimiza el impacto de cualquier incidente, sino que también fortalece la capacidad de tu empresa para recuperarse y seguir operando sin interrupciones importantes.
Un hacker ético necesita una amplia gama de conocimientos y habilidades técnicas para realizar su trabajo de manera efectiva. Algunos de los conocimientos fundamentales que debe tener un hacker ético incluyen:
Por ello, existen dos perfiles que destacan en el campo del hacking ético: los Técnicos en Desarrollo de Aplicaciones Web y los Técnicos en Sistemas Microinformáticos.
La experiencia de los primeros en lenguaje de programación les permite entender mejor las posibles puertas traseras y fallos de seguridad en una aplicación web. Mientras que los segundos, por su conocimiento de hardware y software de redes son valiosos para hacer auditorías de seguridad y pruebas de penetración.
Por supuesto, la formación continua y la actualización constante de conocimientos son también aspectos importantes en este campo en constante evolución.
En un mundo interconectado implementar el hacking ético es un paso esencial hacia un futuro más seguro y fiable en la era de la información digital.
Soy periodista por vocación. Me apasiona investigar y eso me llevó a trabajar como divulgadora científica. Más adelante, me especialicé en Comunicación Digital con enfoque SEO. Actualmente, combino mis dos pasiones creando contenido educativo que convierte temas complejos en información accesible y de valor.
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