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Superando la brecha digital de género

Servicio sociocultural , Sara Vidal
08 MAR 2024 · Actualizado: 23 AGO 2024

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Hoy en día es casi imprescindible saber usar herramientas digitales, pero no todas las personas tienen las mismas oportunidades de acceso a la tecnología. Los recursos económicos, el contexto social y cultural e, incluso, el género, pueden ser factores decisivos. Hoy hablamos sobre la brecha digital de género.

Entendemos por brecha de género las desigualdades sistemáticas y estructurales que existen entre hombres y mujeres, y que se manifiestan de diversas formas. En el trabajo, donde los puestos directivos son mayoritariamente ocupados por hombres; en la familia, donde la mujer tiene un rol de cuidadora; en la educación, cuando las niñas no pueden ir a la escuela… Y también en el ámbito digital.

En este sentido, entendemos por brecha digital de género la disparidad entre hombres y mujeres en el acceso, uso y dominio de las tecnologías de la información y comunicación (TIC). Pero ¿cuáles son las causas de la brecha digital de género? ¿Qué medidas podemos adoptar como sociedad para reducirla?

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Tipos de brecha digital de género

La digitalización ha convertido las habilidades digitales en un requisito indispensable en la mayoría de los trabajos. Pero no solamente en el ámbito laboral, ya que cada vez hay más procedimientos que se han digitalizado: desde sacar dinero en el banco, hasta consultar las visitas del médico.

En este sentido, las personas que saben moverse con soltura en el entorno digital son más competitivas tanto en la vida cotidiana como en el mercado laboral. Por ende, pueden acceder a mejores empleos, oportunidades de ascenso, etcétera.

Sin embargo, no todas las personas pueden usar herramientas digitales y dispositivos electrónicos en su día a día, lo que dificulta el aprendizaje de estas habilidades. Este fenómeno es lo que conocemos como brecha digital, y puede afectar más a las mujeres por razones que veremos a continuación.

Como ya hemos adelantado, la brecha digital se manifiesta en la falta de acceso a dispositivos tecnológicos y la escasez de habilidades digitales, entre otros. Pero además, las mujeres se enfrentan, en mayor medida, a otro tipo de problemáticas que se dan en la red, como pueden ser el acoso en línea o la difusión de imágenes íntimas sin consentimiento. Es la suma de estas diferencias lo que acentúa la brecha digital de género.

Primera brecha digital de género: accesibilidad

En primer lugar, la brecha de accesibilidad se refiere a la disparidad en el acceso a la tecnología y a la conectividad digital. En esta esfera se incluye el acceso a Internet, a dispositivos electrónicos como ordenadores, teléfonos móviles y smartphones.

Las barreras de acceso a estos recursos son muy diversas —económicas, geográficas, culturales, sociales—, lo que puede impedir que las personas más desfavorecidas tengan las mismas oportunidades que los demás.

Por ejemplo, en muchos países en desarrollo, muchas niñas no pueden asistir a la escuela, a diferencia de los niños. Esto ocasiona que no tengan las mismas oportunidades para aprender a usar herramientas tecnológicas. Y no hablamos de cursar un Grado de Ingeniería, sino del mero hecho de consultar información en Internet o saber usar aplicaciones de mensajería instantánea.

Por otro lado, es habitual que las familias con menos recursos no puedan disponer de un ordenador propio o conexión a Internet, lo que dificulta aún más el aprendizaje de habilidades digitales. Además, es importante destacar que, para observar casos así, no hace falta irse a países en vías de desarrollo. En España, el índice de pobreza se situó en un 1,7% en 2023, según la Encuesta de Condiciones de Vida.

Segunda brecha digital de género: uso

En segundo lugar, hablamos de brecha de uso para referirnos al modo en que hombres y mujeres utilizan la tecnología. Esto incluye la frecuencia de uso, el tipo de productos o servicios que consumen y las actividades que realizan en línea, entre otros.

En este caso, la brecha digital de género se da cuando las mujeres pueden dedicar menos tiempo a la tecnología que los hombres por razones diversas. Por ejemplo, a causa de restricciones culturales, por falta de tiempo o por no saber cómo hacerlo.

Pero no todo son malas noticias. La brecha de uso en España se ha ido reduciendo en los últimos años y, a día de hoy, casi se ha conseguido la paridad. El 92,8% de las mujeres españolas usa Internet al menos una vez por semana, frente al 93% de los hombres. Por ello, en este caso, la brecha digital no tiene tanto que ver con el género, sino con la edad y el nivel de formación. A partir de los 74 años es cuando empieza a haber diferencias en el uso de Internet, siendo los hombres los que más lo consumen.

Tercera brecha digital de género: calidad de uso

El tercer indicativo se centra en la participación de los hombres y las mujeres en el entorno digital, valorando aspectos como la calidad del uso y el dominio. La brecha de calidad de uso incluye la capacidad para utilizar la tecnología de manera eficiente para acceder a oportunidades de empleo, educación, desarrollo personal y participación en la sociedad.

En España hay ciertas áreas donde la mujer cuenta con mejores indicativos, como es el caso de la educación, puesto que las mujeres buscan más formación en línea que los hombres. No obstante, esto no significa que las desigualdades se hayan erradicado, sino que avanzamos por el buen camino.

¿Cómo afecta la brecha digital de género en España?

En España existen diversos organismos que evalúan la brecha digital de género, como el Instituto Nacional de Estadística. Este evalúa el uso de Internet en los últimos tres meses, uso frecuente y compras por comercio electrónico. Según su Encuesta sobre Equipamiento y Uso de TIC en los Hogares, el 92,9% de la población de 16 a 74 años lo utiliza de manera frecuente. Este porcentaje es ligeramente superior en el caso de los hombres (93%), que en las mujeres (92,8%).

A medida que aumenta la edad, la frecuencia de uso disminuye, siendo inferior en el caso de las mujeres. Otro factor a considerar es el nivel de estudios, puesto que la mayor brecha digital de género se da en la población analfabeta y que no ha finalizado la educación primaria.

Por otro lado, el informe Brecha digital de género 2023, elaborado por el Instituto de las Mujeres en colaboración con el ONTSI (Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad), evalúa el uso de Internet, la educación, el empleo y la seguridad en la red. Este informe concluye que en algunos aspectos apenas hay diferencias, como es el caso del teletrabajo o el uso de Internet.

Sin embargo, en otras áreas, como la formación STEM o la exposición ante delitos en la red, las desigualdades se acentúan. La mayor brecha digital de género se da en las competencias digitales: el 62,7% de las mujeres tiene un nivel de competencias básicas o por encima de las básicas, pero 3% menos que los hombres.

Finalmente, la Agenda 2030 también tiene entre sus prioridades reducir la brecha digital y facilitar el acceso al mercado laboral. Este punto se enmarca en los Objetivos de Desarrollo Sostenible 4, “incrementar el número de jóvenes y adultos con las competencias técnicas necesarias para garantizar su inclusión”.

Brecha de género en el mercado laboral

Hablar sobre la brecha de género en el ámbito laboral es entrar en terreno pantanoso, ya que las mujeres siguen siendo minoría en muchos oficios, sobre todo en las áreas STEM. En España, solo el 17,8% de las profesionales de las ciencias STEM son mujeres, según datos del Observatorio SocialEn este sentido, hablamos desde una falta de referentes femeninas en tecnología, hasta las dificultades de acceso a puestos de liderazgo.

A pesar de que muchas personas afirman con rotundidad que no existen las desigualdades de género en el ámbito laboral, lo cierto es que aún nos queda mucho camino por recorrer. Sin ir más lejos, solo hace falta echar un vistazo a nuestro alrededor para darse cuenta de cómo el género condiciona la elección de estudios y la profesión. En el área del cuidado de la salud, la enseñanza y las letras es común que haya una mayor presencia de mujeres. Sin embargo, en el ámbito de la informática, la ingeniería o la arquitectura, los hombres son mayoría.

En la Formación Profesional, la brecha de género se hace latente en los ciclos de informática y comunicaciones, electricidad y electrónica, fabricación mecánica y transporte y mantenimiento, entre otros.

Soluciones ante la desigualdad de género en el ámbito laboral

Abordar la brecha de género laboral requiere de un enfoque integral, que contemple factores económicos, sociales, culturales y políticos. Es decir, no basta con impulsar pequeñas acciones. Las organizaciones, empresas, organismos gubernamentales e instituciones educativas tienen que comprometerse, colaborar y trabajar de manera proactiva para crear un entorno laboral inclusivo y equitativo para todas las personas.

Algunas de las acciones que se pueden llevar a cabo para combatir la desigualdad de género son las siguientes.

Políticas de igualdad

Para conseguir una igualdad real entre hombres y mujeres en el ámbito laboral, es fundamental promover políticas que disminuyan la brecha salarial y faciliten el acceso de las mujeres a puestos directivos. Además, también deben contemplar medidas para prevenir el acoso y la discriminación en el trabajo por razón de género.

Flexibilidad laboral

Ofrecer opciones de trabajo flexible, como teletrabajo o permisos parentales, puede mejorar la conciliación familiar. Esto beneficia especialmente a las mujeres, que a menudo enfrentan una carga mayor en las responsabilidades domésticas y del cuidado.

Educación inclusiva

Fomentar el interés de las niñas en las ciencias STEM desde la primera etapa educativa es imprescindible para aumentar la presencia de mujeres en el sector tecnológico y disminuir la brecha de género. Para ello, es primordial huir de los estereotipos y roles de género, tanto en casa como en el aula.

Referentes femeninas

Los seres humanos aprendemos a menudo por imitación, sobre todo en las primeras etapas de la vida. Por esta razón, contar con mujeres referentes en la industria tecnológica es esencial para que las nuevas generaciones tengan un modelo a seguir.

Capacitación y desarrollo

Promover programas de formación tecnológica, a través de cursos o talleres, ayuda a que las personas pueden desarrollar habilidades digitales. Estos son especialmente beneficiosos para colectivos en riesgo de exclusión social.

Apoyo comunitario

Otra de las medidas que favorecen la igualdad de género es la colaboración entre organizaciones que trabajan en pro de la causa y la implementación de iniciativas sociales que promuevan el empoderamiento de las mujeres.

No obstante, no podremos conseguir ninguno de los puntos anteriores sin el ingrediente principal: la concienciación y sensibilización sobre la igualdad de género en todos los aspectos. Educar en valores es fundamental para crear una sociedad justa, igualitaria y respetuosa con todas las personas.

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Sara Vidal
Sara Vidal

Empecé mi trayectoria con tan solo cinco años, escribiendo las historias que más adelante marcarían mi futuro profesional. Estudié el Grado de Publicidad y Relaciones Públicas y me especialicé con el Máster de Estrategia y Creatividad Publicitaria. A raíz de mi experiencia laboral, he seguido formándome en copywriting y marketing de contenidos con el objetivo de construir mensajes poderosos que conecten de manera efectiva con las audiencias.

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