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El Alzheimer, también conocida como la enfermedad del olvido, es una enfermedad neurológica que afecta a millones de personas en todo el mundo. Aunque aún no tenemos cura, sí existen tratamientos que ayudan a retrasarla. Pero para ello, es importante conocer a fondo en qué consiste esta enfermedad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define las demencias como síndromes debidos al deterioro de la función cognitiva. Estas enfermedades afectan a la memoria, el pensamiento o el comportamiento de las personas que las paceden.
En la actualidad, el Alzheimer es el responsable de entre el 60% y el 70% de los casos de demencia. Esto significa que unos 40 millones de personas en todo el mundo sufren esta enfermedad.
La Sociedad Española de Neurología (SEN), asegura que España es uno de los países con más casos de esta enfermedad entre personas de más de 60 años. Este hecho es muy alarmante, sobre todo si tenemos en cuenta que se espera que la cifra aumente en los próximos años.
Por eso, es más importante que nunca la formación de profesionales como Auxiliares de Enfermería que mejoran la calidad de vida de los pacientes. Pero como sin conocimiento no hay tratamiento, vamos a descubrir en profundidad esta enfermedad.
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que se caracteriza, sobre todo, por la pérdida de memoria y otras habilidades cognitivas. Así, se suele relacionar con problemas en el pensamiento y el comportamiento. Esto altera, como es evidente, la vida cotidiana de las personas afectadas.
El principal factor de riesgo de esta enfermedad es la edad. Según la SEN, el 5% de las personas de 65 años sufren Alzheimer. Esta cifra alcanza el 40% en mayores de 90 años. De hecho, de manera aproximada, se calcula que más de 800.000 personas paceden esta enfermedad en nuestro país.
Antes de obtener el diagnóstico, existen distintas señales de alarma. Esta enfermedad se empieza a manifestar con pérdidas de memoria a corto plazo. Además, se desorientan con facilidad y confunden tiempos y lugares. A medida que esta enfermedad avanza, el paciente sufre cambios de humor y de comportamiento.
En la etapa final, el paciente presenta dificultades para comer, caminar e incluso hablar. Así, se pierde cualquier tipo de autonomía y su estilo de vida cambia por completo. Tal y como explica el SEN, los síntomas cognitivos que caracterizan esta enfermedad son los más conocidos.
Pero a menudo, se olvida que los pacientes pueden presentar otros trastornos como alteraciones del sueño, depresión o apatía de forma paralela.
La edad es el factor de riesgo más importante asociado al desarrollo de esta enfermedad. Pero esto no significa que sólo las personas mayores de 65 años estén en riesgo de padecer la enfermedad del Alzheimer. De hecho, existen dos tipos de Alzheimer.
El Alzheimer no es una enfermedad que aparezca de manera repentina. Por el contrario, su desarrollo es lento y, en sus inicios, es casi indetectable. Sin embargo, conforme va pasando el tiempo la enfermedad se vuelve más y más grave. Por eso, la enfermedad se divide en distintas fases.
Esta es la que se conoce como la etapa temprana de la enfermedad. Durante esta fase, el paciente sigue siendo independiente y no necesita la asistencia de nadie para desenvolverse en la vida diaria. Esto significa que puede trabajar y participar en eventos sociales, pero le costará más.
En esta etapa empiezan a aparecer signos de deterioro cognitivo leve, así como episodios de pérdida de memoria y concentración.
Por ejemplo, presentan lagunas de información que no debería ser difícil de recordar, como conversaciones recientes. Estos problemas de memoria empiezan a ser evidentes para el círculo cercano del paciente.
Esta fase es, con seguridad, la más larga de la enfermedad. Puede durar años y, a medida que pasa el tiempo, el paciente necesitará más atención para hacer actividades cotidianas.
Durante esta etapa las pérdidas de memoria son más graves y empiezan a desorientarse en lugares familiares. También se detectan cambios en la personalidad.
Así, en esta etapa moderada los pacientes se vuelven ansiosos e incluso agresivos por momentos.
Esta etapa final se caracteriza por un deterioro cognitivo y físico profundo. Durante esta fase de la enfermedad, la dependencia de los demás es casi total y los síntomas son muy graves. La pérdida de memoria es muy grave, hasta el punto de no reconocer a familiares cercanos. Además, apenas pueden hablar o formar frases coherentes.
El deterioro también es físico, ya que pierden la capacidad para caminar, sentarse o incluso comer.
Esta enfermedad se relaciona, sobre todo, con la edad. Pero también pueden influir otros factores como la obesidad, el sedentarismo, la diabetes o la hipertensión arterial, entre otros.
Por este motivo, como en muchas otras enfermedades, llevar una vida saludable puede ayudar a prevenirlo. Aquí te dejamos 3 recomendaciones básicas:
El Alzheimer es una enfermedad devastadora que, hoy en día, no tiene cura. Sin embargo, sí se puede tratar para mejorar los síntomas y la calidad de vida de los pacientes (los fármacos actuales no pueden frenar su avance).
Los Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería salen preparados para estar al cuidado de personas con esta condición médica y otros tipos de demencias.
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