Hipoacusia y presbiacusia ¿Cuáles son las diferencias?

Las dificultades auditivas son un problema que padecen más de dos millones de personas en España. Y no solo afecta a los más mayores, cada vez son más frecuentes los diagnósticos de pérdida auditiva entre la población joven. ¿Qué tipos de dificultades auditivas hay? Las más comunes son la hipoacusia y presbiacusia ¿Cuáles son las diferencias? Te lo explicamos todo en este post. 

En cifras totales, la sordera afecta a más del 5% de la población mundial. Siguiendo en esta línea, en el caso de 360 millones de personas alrededor del mundo, el grado de sordera que padecen les impone algún grado de discapacidad. Por si no fuera poco, la Organización Mundial de la Salud advierte que para 2050, 900 millones de personas padecerán sordera. 

Los dos tipos de afectación más comunes relacionadas con la pérdida de audición son la hipoacusia y la presbiacusia. ¿Cuáles son las diferencias?

Hipoacusia

Se llama hipoacusia a la pérdida de la capacidad auditiva en menor o mayor medida. Este es un déficit funcional que puede afectar a uno o ambos oídos. Se califica como sordera parcial, dado que se pierde la sensibilidad auditiva, pero puede presentarse en 3 formas distintas y en 3 grados de pérdida. 

Tipos de Hipoacusia

• Neurosensorial: queda afectada la zona de los órganos internos del oído, asociados con el sistema nervioso.
• Conductiva: la afectación se da en la zona externa o media del oído, lo cual impide percibir sonidos del exterior. 
• Mixta: en estos casos, tanto los órganos que conducen el sonido como los interiores del sistema nervioso quedan afectados. 
• Grado leve: en estos casos la persona tiene dificultades para entender conversaciones en un ambiente ruidoso.
• Grado moderado: presenta dificultades para entender interacciones sin prótesis o implantes auditivos.
• Grado severo: para llevar una vida con normalidad la persona necesita de prótesis o implantes. 

Presbiacusia

Se califica como presbiacusia cuando la pérdida de la capacidad auditiva se da a causa de la edad. Esta es una patología muy habitual que acompaña al envejecimiento. Los síntomas empiezan a mostrarse entre los 60 y 65 años. En estos casos se produce un deterioro del sistema auditivo interno de la persona, que solo puede ser corregido mediante audífonos o implantes. 

Factores potenciadores de la presbiacusia

A pesar de que el factor principal para la aparición de la presbiacusia es la edad, hay otros que potencian su aparición. La diabetes y la hipertensión, traumatismos, infecciones en el oído o la exposición larga y continua a sonidos estridentes o elevados son algunos de estos factores. También se ha encontrado relación entre el deterioro del oído y la ingesta recurrente de medicamentos ototóxicos, es decir, perjudiciales para la salud auditiva. Algunos de estos medicamentos son el ácido acetilsalicílico o antidepresivos tricíclicos como la Imipramina.

¿Qué partes componen tu oído?

¿Sabes cómo es posible escuchar? Nuestro oído transforma las ondas sonoras que viajan en el aire en señales eléctricas que nuestro cerebro interpreta. Para que nosotros podamos procesar los sonidos es necesario que la estructura del oído funcione correctamente.

Esta estructura está formada por los siguientes elementos.

El oído externo

La parte que podemos ver a simple vista, compuesta por el pabellón auditivo y el conducto auditivo. Estos son los encargados de recoger las ondas de sonido y llevarlas al tímpano. 

El oído medio

El tímpano es la separación entre el oído externo y el medio y está compuesto por una membrana que vibra cuando las ondas sonoras llegan a él. El oído medio empieza ahí y está compuesto por un espacio, donde encontramos tres huesos minúsculos llamados martillo, yunque y estribo. Su función es la de amplificar y conducir las vibraciones del tímpano al oído interno. 

El oído interno

También llamado cóclea, tiene forma de caparazón de caracol, y está compuesto por una serie de membranas con líquido. Este líquido se mueve con las vibraciones que llegan de fuera, estimulando las células nerviosas que hay situadas en la cóclea y que son las encargadas de enviar los impulsos nerviosos al cerebro. Es entonces cuando nuestro cerebro interpreta esas señales y las identifica como sonido. 

¿Qué pruebas nos indican el diagnóstico de hipoacusia?

• Examen físico: puede realizarlo el mismo médico de cabecera, con un otoscopio para observar el conducto auditivo e iluminarlo. De este modo podemos ver posibles infecciones o inflamaciones. 
  
• Diapasón: Estas pruebas ayudan a discernir el tipo de hipoacusia que la persona puede estar padeciendo, conductiva o neurosensorial. Compara la audición vía ósea y aérea, en una persona con un oído sano la audición vía aérea debe ser mejor que vía ósea.
  
• Audiometría: esta prueba tiene el objetivo de discernir los umbrales de audición. Es decir, la intensidad mínima de decibelios que la persona puede percibir claramente. Se representa visualmente en un audiograma que refleja la capacidad auditiva en ambos oídos.
  
• Impedanciometría: esta prueba se centra en observar la resistencia de la estructura del oído medio y la movilidad del tímpano y los huesecillos. 

Hábitos para mantener una buena salud auditiva

El agua es causante de gran parte de las infecciones de oído. Un ambiente demasiado húmedo puede causar otitis u hongos. Para evitar el almacenamiento del agua, sobre todo en verano, cuando nadamos en el mar o la piscina, debemos usar tapones o introducirnos en el agua lentamente.

La cera mantiene la salud de tus oídos, ¿lo sabías? Previene de infecciones y, por tanto, el mejor aseo de los oídos es siempre aplicar agua y jabón, seguidos de un buen secado. Los bastoncillos simplemente empujan la cera hacia el interior.

¡Cuidado con los resfriados! Estos pueden provocar infecciones en el oído que, de no atenderse, podrían provocar pérdidas importantes de audición.

Intenta no escuchar a través de auriculares por más de una hora al día. Además, el volumen no debería ser superior al 60%. Lo mismo se aplica al volumen de la televisión y la música, evitando siempre tener más de un dispositivo emitiendo sonido al mismo tiempo.

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