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El corazón es el órgano principal del aparato circulatorio, pero ¿sabes qué partes lo componen y cómo funcionan? Hoy te introducimos en la anatomía del corazón y el sistema cardiovascular, para que aprendas todo sobre esta parte tan esencial de tu cuerpo.
El aparato circulatorio está compuesto por el corazón, los vasos sanguíneos y la sangre. Su correcto funcionamiento es necesario para llevar una vida con normalidad. ¿Por qué? Se encarga principalmente de hacer llegar la sangre a todo nuestro cuerpo, oxigenando y asegurándose de que el resto de órganos tienen lo necesario para seguir funcionando.
Como hemos mencionado, este es el órgano principal del aparato circulatorio. Es un músculo hueco, que se contrae involuntariamente (como la respiración, se efectúa de forma involuntaria, nuestro cuerpo lo hace sin que se lo ordenemos). Funciona como una bomba de presión, que bombea la sangre a todo el cuerpo.
Está dividido en dos por el septo interventricular, que hace de pared entre las dos cámaras: ambas formadas por las aurículas (izquierda y derecha) en la parte superior y los ventrículos en la parte inferior (izquierdo y derecho).
Del ventrículo derecho es desde donde sale la arteria pulmonar, dado que se dirige a los pulmones llevando sangre con niveles bajos de oxígeno. Del ventrículo izquierdo empieza la arteria aorta, que funciona como un río con numerosos afluentes, de esta forma la sangre rica en oxígeno llega a todas las células del cuerpo.
La sangre entra al corazón a través de las aurículas. La derecha recibe sangre de la vena cava inferior y superior. Mientras que en la izquierda entran las cuatro venas pulmonares con la sangre oxigenada desde los pulmones.
¿Qué son? Se encuentran entre las aurículas y los ventrículos y dirigen el flujo sanguíneo en la dirección correcta. Lo más interesante sobre su funcionamiento es que en sus bordes se extienden unas cuerdas tendinosas unidas a los ventrículos, que es lo que permite la apertura y el cierre de las mismas válvulas.
El aparato circulatorio está formado por el sistema cardiovascular y el sistema linfático. Es el cardiovascular el que transporta la sangre bombeada del corazón a todo el cuerpo y viceversa, a través de las arterias, venas y capilares. El sistema linfático por otro lado, conduce la linfa por los vasos linfáticos y hasta los ganglios, encargados de filtrar y eliminar desechos.
En este artículo nos centraremos en el sistema cardiovascular, con los dos tipos de vasos que lo componen: arteriales y venosos.
Son los que conducen la sangre oxigenada a todo el cuerpo, exceptuando las arterias pulmonares, encargadas de conducir la sangre desoxigenada a los pulmones. Dependiendo del tamaño de los vasos arteriales, se clasifican de mayor a menor en arterias, arteriolas y capilares arteriales.
Estos transportan el dióxido de carbono y los desechos metabólicos, pero también se consideran las venas pulmonares que transportan oxígeno de los pulmones al corazón. Según su tamaño y capacidad se dividen en venas grandes, vénulas y capilares venosos.
Los vasos venosos tienen un recubrimiento más delgado que los arteriales, pero son más amplios. Cuentan con válvulas que impiden el retroceso de la sangre y la impulsan al corazón. Es cuando no funcionan correctamente que aparecen varices o trombosis de venas profundas.
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